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Swine & Wine regresa en noviembre: carne americana, vino mexicano y chefs que saben lo que hacen

  • Foto del escritor: Diego Gil
    Diego Gil
  • 16 nov
  • 4 Min. de lectura
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El festival que une cortes de res y cerdo con vinos nacionales vuelve a seis ciudades del país con una propuesta que va más allá del típico maridaje

Noviembre es oficialmente el mes en que la carne y el vino se toman en serio. Swine & Wine, el festival gastronómico organizado por la U.S. Meat Export Federation, regresa con una edición que promete elevar el juego de los maridajes en México.

La fórmula es clara: restaurantes selectos en seis ciudades del país crearán platillos exclusivos usando carne de res y cerdo estadounidense, acompañados de vinos mexicanos que realmente funcionen. Nada de esos maridajes improvisados que te encuentras en cualquier lado.


Seis ciudades, 19 restaurantes, un mes para probar todo


El festival se reparte por Saltillo, Monterrey, Mérida, Guadalajara y Ciudad de México durante todo noviembre. Cada restaurante tiene carta blanca para interpretar el concepto como mejor le parezca, aunque el requisito es uno: que la carne de origen estadounidense sea la protagonista del plato.

En Saltillo, Mesón Principal y Brava Steak House son los encargados. Monterrey suma a Casa Bellota, Brutal Kitchen Bar y Reserva 85. Mérida llega con Micaela Leña y Mar, Central 61, Senza y Bartolomé. Guadalajara aporta Casa Luna, Cielito Querido, Quelite y Brick Steak House. La Ciudad de México cierra con Patio Ciento 20, Volga, Maíz Tinto y Bistro.


Los vinos mexicanos que harán match con tu corte


Cada región tiene a diferentes bodegas como aliadas para el maridaje. En Saltillo y Monterrey, Casa Madero se encarga de la selección. En Guadalajara es Monte Xanic con su línea Calixa quien pone las copas.

Mérida es territorio mixto. Micaela Mar y Leña junto con Central 61 trabajan con Bodega Decote de Querétaro y su blanco inédito. Senza se va con un ensamble tinto de Bodega Cordus desde Ensenada. Bartolomé cierra con un Chardonnay de Bodega Don Leo de Parras, Coahuila.

En la capital, cuatro bodegas se reparten la tarea: Casa Magoni, Dos Búhos, Cuna de Tierra y Bodega Paralelo. Cada una seleccionó etiquetas pensadas específicamente para complementar los platillos, no solo para llenar la copa.


Por qué funciona este concepto


La idea detrás de Swine & Wine es sencilla pero efectiva: reunir chefs que saben trabajar la carne con sommeliers que entienden qué vino puede potenciar cada preparación. No es solo poner un plato y una copa en la mesa, sino crear una experiencia donde cada elemento tenga sentido.

Lo que distingue a este festival de otros eventos gastronómicos es su enfoque en la calidad de la proteína. La carne de res y cerdo estadounidense tiene estándares de producción que garantizan consistencia en sabor y textura, algo que los chefs aprovechan para desarrollar propuestas que van desde lo tradicional hasta lo más experimental.


La propuesta de cada región


Si tu plan es probar varios lugares, considera que cada sede tiene su propio estilo. Los restaurantes de Mérida tienden hacia preparaciones con influencia regional yucateca. Guadalajara mantiene una línea más tradicional de steakhouse con toques contemporáneos. La Ciudad de México ofrece el rango más amplio de propuestas, desde lo minimalista hasta lo más conceptual. Saltillo y Monterrey comparten influencia norteña con cortes generosos donde el sabor de la carne es el centro.


El factor vinícola mexicano


Una de las apuestas más interesantes del festival es su enfoque en vinos mexicanos. En un país donde todavía hay quien piensa que el vino nacional no está a la altura, Swine & Wine demuestra que las bodegas mexicanas ya están produciendo etiquetas que compiten con lo mejor de otras regiones.

Desde los blancos frescos de Querétaro hasta los tintos robustos de Baja California, pasando por las propuestas de Coahuila, el festival es una vitrina para mostrar que México tiene mucho que ofrecer más allá del tequila y el mezcal.


Para los escépticos del maridaje


Si eres de los que piensa que el maridaje es puro cuento, este festival podría cambiar tu opinión. La diferencia está en que no se trata de seguir reglas arbitrarias de "tinto con carne roja", sino de entender cómo la grasa, la cocción y los condimentos de un platillo interactúan con la acidez, los taninos y el cuerpo de un vino.

Los chefs y sommeliers que participan en Swine & Wine llevan años desarrollando estas combinaciones. No es un menú armado en una tarde, sino el resultado de probar, ajustar y refinar hasta encontrar el punto exacto donde ambos elementos se potencian mutuamente.


La parte práctica


El festival corre del 1 al 30 de noviembre. Los menús y reservaciones dependen de cada restaurante, así que vale la pena revisar directamente con cada lugar antes de ir. Los precios varían según el restaurante y la ciudad, pero en general estamos hablando de una experiencia premium.

Lo que hace que funcione este festival es que no se queda en lo aspiracional. Sí, es un evento premium, pero está diseñado para que cualquiera que aprecie la buena comida pueda entenderlo y disfrutarlo. No necesitas ser sommelier ni chef para notar la diferencia entre un maridaje bien pensado y uno genérico.

 
 
 

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