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The Macallan Art Is The Flower: El whisky que mezcla arquitectura y alcohol

  • Foto del escritor: Diego Gil
    Diego Gil
  • 1 jul
  • 3 Min. de lectura
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Si pensabas que ya habías visto todas las colaboraciones raras del mundo, espérate a conocer esta: The Macallan acaba de lanzar "Art Is The Flower", un whisky inspirado en un arquitecto escocés que murió hace casi 100 años. Sí, leíste bien.


Charles Rennie Mackintosh, el arquitecto que cambió todo en 10 años


Charles Rennie Mackintosh fue considerado el creador del primer ejemplo original de arquitectura Art Nouveau en Gran Bretaña con la Glasgow School of Art. Pero aquí viene lo increíble: todas sus obras importantes las hizo entre 1896 y 1906, básicamente en una década se convirtió en leyenda y después... se retiró. Talk about peaking early.

Mackintosh se inspiró en el diseño japonés que llegaba a Glasgow, así que básicamente era el primer hipster que mezclaba Oriente con Occidente antes de que fuera cool.


El whisky que nació de un vitral de 1902


La historia detrás de este whisky es bastante romántica (si es que te gusta ese tipo de cosas). Todo surge de una pieza de vitral que Mackintosh diseñó en 1902 llamada "The Spirit of the Rose". Los maestros de The Macallan vieron esto y pensaron: "¿Sabes qué? Esto necesita convertirse en alcohol".

Steven Bremner, el Whisky Maker de The Macallan, explica que seleccionaron barricas europeas que alcanzaron "su punto óptimo de maduración" para conseguir esas notas florales que evoquen los diseños del arquitecto. Es como si hubieran puesto a un artista a hacer whisky, pero al revés.


El nombre que viene de una conferencia histórica


"Art Is The Flower" no salió de la nada. Viene de una conferencia donde Mackintosh dijo: "El arte es la flor... la vida es la raíz". Deep, ¿no? La Charles Rennie Mackintosh Society eligió esta frase para conectar el arte con la esencia de la vida. Muy poético para una botella de alcohol, pero hey, aquí estamos.


Las notas de cata para los conocedores


Si eres de esos que puede distinguir entre "roble pulido" y roble normal, aquí tienes lo que promete esta botella:

Nariz: Frutas secas intensas, roble pulido, cereza, naranja, almendra y melaza Paladar: Roble dulce, pasas, vainilla, jengibre, manzana y té de hoja Final: Largo, dulce, profundo y redondo ABV: 50.4% (sí, tiene punch)


La campaña multimedia que acompaña el lanzamiento


Para no quedarse solo con el whisky, The Macallan también ha estado colaborando con artistas como Javi Aznarez y la poeta Jenni Fagan para crear contenido multimedia. Incluso hicieron cortometrajes documentales con diseñadores que exploran la influencia de Mackintosh hoy en día.

Christopher Kane, el diseñador que estudió en la Glasgow School of Art (¿coincidencia? No lo creo), también forma parte de esta movida. Es como un círculo completo de arte, arquitectura y alcohol.


El teatro detrás del marketing premium


The Macallan sabe hacer whisky y sabe hacer marketing. Esta colaboración con un arquitecto que vivió de 1868 a 1928 puede sonar como una movida publicitaria extraña, pero considerando que sus creaciones "respiran" según sus contemporáneos, quizás no sea tan descabellado mezclar su arte con algo que literalmente tomas para "respirar mejor".

La pregunta real es: ¿realmente puedes saborear la "elegancia de la naturaleza" en cada trago, o es solo un whisky muy caro con una historia bonita? Eso ya queda en tus papilas gustativas (y tu cartera) decidirlo.


Los detalles que completan la experiencia


Stuart Robertson de la Charles Rennie Mackintosh Society dice que colaborar con The Macallan fue "una celebración auténtica del arte, el whisky y la poesía". Porque aparentemente en 2025 necesitamos que nuestro alcohol también sea poético.

El whisky forma parte de la "Tree of Life Collection", que suena muy místico hasta que recuerdas que es básicamente una línea de productos con tema de naturaleza.

Si quieres más info sobre esta edición limitada, puedes checar www.themacallan.com, aunque probablemente ya se agotó mientras leías esto. Así funcionan las ediciones limitadas: despiertan tu curiosidad y después te dicen "ya no hay".

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